domingo, 9 de noviembre de 2014

LOS AMANTES OSOS . . .


Erase una vez un mundo lleno de angustia en el cual vivía un oso apático, enojado y gruñón; pero muy en el fondo, sin que nadie lo notara, era un osito tierno, amoroso y soñador.

Lejos de ahí, en otro mundo, habitaba una osa muy vanidosa, la cual dedicaba la mayor parte de su tiempo en tomar fotografías de todos los lugares que le gustaba, así como de ella misma; pues pensaba que algún día, cuando estuviera mas viejita, todos la recordarían como era, una osa muy hermosa, según ella.

Un día, mientras deambulaba entre páginas y grupos, encontró a ese osito tierno, al verlo, quedó embobada por él; pero siendo tan desconfiada como era, no tomo importancia y dijo:

- No, no me volverá a pasar lo mismo.

Conforme pasaban los días, el osito le escribía con tanta insistencia, pues deseaba platicar con ella; sin embargo, la osita se portaba renuente, hasta que un buen día decidió conocerlo más a fondo.

- No cabe duda que el amor existe – pensó la osita, porque desde ese momento quedó completamente enamorada por la manera de ser del osito.

No siempre las cosas fueron color de rosa, también tenían en ocasiones sus problemas como cualquier otra pareja; pero dentro de todo, sólo eran circunstancias causadas por la gran distancia que había entre los dos mundos, el cual los mantenía alejados, y cosa contradictoria, a la vez tan cerca uno del otro.

No había día en que no platicaran, en que no se contaran sus penas; sus ilusiones; sus sueños… todo aquello que anhelaban y que al final era el simple hecho de que estuvieran un día juntos para no separarse jamás.

Nunca había conocido un romance así. Es como ver la película más romántica y soñada por cualquiera. Es como leer el cuento de hadas con su final perfecto y feliz. Es como el espectador que presencia la historia imposible y que piensa que no puede ocurrir en la vida real; y sin embargo, está pasando ante sus ojos y ese hecho le confirma que la vida tiene gratas sorpresas, y es ahí cuando cree que todo es posible cuando se tiene fé en lo que uno ama.

Con el paso del tiempo, la osa cada vez más creyó que todo era posible, que no había ningún obstáculo tan grande para no poder estar al lado de ese osito dulce y el cual amaba con todo su ser; pero como dicen: “ NO SIEMPRE PUEDE SER TAN BELLO”. En todo cuento de hadas habita la maldad, a veces toma forma de una “madrastra”; de una “bruja”; un “pirata malvado”; un “rey lleno de odio” o de un “animal salvaje”. En este caso la maldad ha decidido no poseer una imagen humana, sino simplemente la posible fatalidad de un destino incierto.

Durante varios meses los amantes han sabido salir victoriosos ante los obstáculos que han hallado en su camino, y no dudo que en esta ocasión sea igual; pues he aprendido de esta historia que nada es imposible, sólo basta tener fé, recordar que la vida es un mar de posibilidades y que cuando uno ama es más fácil de soportar las penas.

Aún me falta contar el final de este bellísimo cuento, y aunque desearía ya hacerlo, me impide el simple hecho de que todavía no lo conozco; pero tengo FE en que todo terminará en un “VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE”, o por lo menos la concretización tan anhelada de estos dulces y constantes amantes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario