Muchas veces las palabras no bastan. Debemos mantener encendida la llama con detalles, con caricias, con dulces y apasionantes aventuras. Hacer que nuestra pareja sea no solamente nuestro mejor amigo; sino, también que sea nuestro magnifico cómplice.
Compartir lo que nos pasa, lo que deseamos, lo que esperamos recibir, así como hacerlo parte de nuestros planes y diseñar un futuro donde ambos estemos involucrados, es la mejor manera de hacer esa relación en una relación tanto placentera, como comprensiva y fructífera.
Nadie ha dicho que llevar una relación estable sea fácil; pero, podemos poner nuestro mayor esfuerzo para que aquello funcione. Mientras los dos tengan el deseo y la voluntad de salir adelante, todo será posible.
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